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Notas que patinan #79 | Lo imposible

Me uno a las felicitaciones de Querido Antonio a los llamados socialistas españoles.

Pero hoy quiero felicitar también a los socialistas barceloneses por haber conseguido otro imposible: convocar al mismo tiempo los esperados y largamente pospuestos concursos de dirección del Festival Grec y del Mercat de les Flors y provocar al mismo tiempo la decepción más grande entre la profesión y la afición, solo superada por la decepción que provocó en su día el anuncio de que los socialistas entraban en el gobierno de la ciudad de Barcelona para asumir Cultura, a su vez solo superada por el anuncio de que el comisionado de Cultura iba a ser un señor que representa todo lo que se opone a las razones por las que el nuevo gobierno de Barcelona en Comú había conseguido ilusionarnos, solo superada por la decepción de que ese señor (no nombrado finalmente para ese puesto por el revuelo que causó el anuncio) sea miembro del jurado que decidirá quién ocupará la dirección del Mercat de les Flors, solo superada por la decepción de comprobar que los resultados de los largos y trabajosos procesos participativos convocados por el Ayuntamiento, en los que muchos hemos colaborado para elaborar las bases de esos concursos, han sido arrojados a la basura, que en las bases de esos concursos públicos no se recoge ninguna de las decisiones de esos procesos (que sus promotores repetían que serían decisiones vinculantes) y que ni el jurado que tomará la decisión sobre quién dirigirá estas instituciones públicas (que manejan un considerable presupuesto público y cuyos tentáculos se extienden en múltiples direcciones) es un jurado formado por personas independientes de reconocido prestigio entre la profesión, ni intenta serlo y entre los cuales, además, no hay ni un solo creador.

No esperábamos nada excepcional pero era casi imposible conseguir todo esto al mismo tiempo.

Si el gobierno de la ciudad y el resto de implicados lo permiten y consiguen llevarlo a buen puerto sin modificar un ápice la trayectoria se habrá conseguido lo imposible, una vez más.

Y mientras tanto, en Madrid