El miércoles por la mañana, antes de ver la presentación de Converso en la sección oficial del Festival Punto de Vista de Iruña, había reservado en Etiquette, de Ant Hampton y Silvia Mercuriali, y me dieron cita en el Café del Baluarte, un café con paredes de vidrio situado en la misma plaza del Baluarte. Conocía un trabajo anterior de Ant Hampton, en colaboración con Tim Etchell, The Quiet Volume, que vi en la última edición del 3, 2, 1 en la biblioteca del Azkuna Zentroa, en Bilbao, hará casi dos años y que también había pasado antes por la Biblioteca Nacional de Catalunya, en la Secció Irregular que organizaba hace unos años el Mercat de les Flors de Barcelona. Como comprobaría después, los dos trabajos siguen la misma línea solo que quizá Etiquette haya ido más lejos en cuanto a sofisticación y también en lo que exige a los actores-espectadores. Como en The Quiet Volume, en Etiqueete, al llegar a la cita te emparejan con otra persona y te dan unos cascos conectados a un reproductor de audio. Esta vez, la persona encargada de recibirnos nos da a elegir. Hay dos personajes: un hombre y una mujer. ¿Cuál prefieres? No necesariamente el que corresponda a tu sexo, así que, aunque mi pareja es mujer, yo escojo mujer y ella se muestra de acuerdo en encarnar al hombre. Nos invitan a sentarnos en una mesa, enfrentados. En el centro, una especie de cartulina negra, cuadrada. En un lado, dos vasos de agua, uno para cada uno, y diferentes objetos: tizas, bolígrafos, dos muñequitos con forma de hombre y de mujer, plastilina, un cuentagotas… Se sincronizan los audios y nuestra anfitriona le da al play.