TRANSaccions recupera una pieza de El conde de Torrefiel creada en Barcelona al calor del 15M, Escenas para una conversación después del visionado de una película de Michael Haneke, de jueves a domingo en el Mercat de les flors, con David Mallols, Isaac Forteza, Quim Bigas, Mario Pons-Macià y Tanya Beyeler en escena. Una actuación de El conde de Torrefiel en Barcelona siempre es un acontecimiento porque, a pesar de tratarse de unos de los creadores escénicos nacionales con mayor número de seguidores y con una repercusión internacional que aumenta cada día, sus actuaciones por estos pagos son muy escasas. No es extraño si echamos un vistazo a la situación actual y a las políticas culturales de la ciudad de Barcelona, o de Catalunya entera (una políticas, por cierto, sospechosamente parecidas, independientemente del color político del partido que gobierne), o si tenemos en cuenta el reciente episodio dentro de las guerras culturales con las que nos ha sorprendido en las últimas semanas cierto sector reaccionario del teatro y la prensa de Madrid. Para hablar de El conde de Torrefiel, de Haneke y de su extraña ausencia de los escenarios locales, entrevistamos por teléfono a Pablo Gisbert, la mitad, junto a Tanya Beyeler, de El conde de Torrefiel, en el tren que le lleva de Madrid a Barcelona, dos días antes de la primera de las actuaciones.
Escenas para una conversación después del visionado de una película de Michael Haneke tiene ya unos años. A juzgar por las entradas que ya se han vendido parece que aún causa cierta expectación. ¿Os seguís reconociendo en Haneke?
Sí, por supuesto. Sí y no. Haneke es la segunda pieza que hicimos. Todavía estábamos probando una serie de cosas y ahora ya estamos investigando otras. La cierta expectación que despierta Haneke no es por Haneke sino por El conde de Torrefiel. Nosotros somos de Barcelona y en tres años hemos actuado aquí solo dos horas: una hora en el Antic Teatre y otra hora en el Sâlmon<, en el Mercat de les Flors. Somos una compañía de Barcelona que en los últimos años solo hemos actuado aquí dos horas.