Casi podría ser un episodio de Black Mirror pero se trata de un festival inglés de artes en vivo, el BE FESTIVAL (Birmingham European Festival), que este año se celebró durante los días en que los británicos votaron a favor del Brexit, para escándalo de los organizadores, que se posicionaron fuertemente en diversas ocasiones a favor de la permanencia en la Unión europea.
En este festival los artistas actúan por £100 (precio por espectáculo independientemente del número de miembros involucrados) ante una sala abarrotada por 300 personas que pagan por su entrada £22 (con cena incluida, bebidas aparte) o £14 (sin cena). £1 = 1,19€. Un festival planteado como una competición entre artistas (con un jurado internacional, excepto para el premio del público) donde el ganador conseguirá que le paguen el bolo que ya ha hecho (£1500) y se comprometerá a realizar una residencia de tres semanas y a mostrar el nuevo trabajo en la próxima edición del festival (espero que reciba el dinero que merece por ello, porque en la web no se especifica). Los artistas compiten por otros premios que a veces más parecen castigos, como actuar gratis en otros festivales (es el caso del ACT Festival de Bilbao).