El miércoles por la mañana, después de desayunar, me fui a la Fábrica Moritz de Barcelona, a la rueda de prensa de presentación del muy interesante festival TNT de Terrassa, que se celebra del 25 al 28 de septiembre y del que ya escribí en mi anterior nota como una cita destacada en la nueva temporada que acaba de comenzar. Ahora mismo el TNT es una isla en un panorama desolador. Es el único festival que presenta un menú atractivo y compacto atento a las novedades de los creadores escénicos contemporáneos afincados en Catalunya, a un precio muy accesible: 3€ la mayoría de los espectáculos. A una hora de Barcelona. Se agradece y se echa mucho de menos que no haya más ocasiones de disfrutar de eventos así. De hecho, que todo se concentre en tan pocos días lo convierte en un atracón en el que hay que hacer verdaderos malabarismos para ver todo lo que a uno le gustaría ver. Además, es de los pocos que coproduce anualmente unas cuantas de las creaciones que luego programan, algo enormemente valioso en los tiempos que corren. Mi más sincera enhorabuena al festival y a sus patrocinadores por haber optado por esa línea artística y por resistir un año más.