Entrevista a Salva. Jueves 22 de noviembre de 2012. Sala pOp (antiguo 003). Santa Coloma de Gramenet. Salva conoció a Master en París en los años 90, mientras Salva estudiaba en la Sorbona. Master vivió en París un año, en 1995. De vez en cuando se colaba en la clase de Salva, pero nunca antes de las doce del mediodía. Durante su estancia en Francia se ganaba la vida tocando los teclados en varios grupos de funk y punk, dependiendo del día y del local.
Me parece muy feo lo que le estáis haciendo al pobre Master. Desde que le conozco siempre me ha llamado la atención que él pertenecía a esa clase de gente que por mucho que busques su nombre en Google no encuentras absolutamente nada. Master, en coherencia con su forma de ser y de vivir, es de las pocas personas que he conocido que no ha tenido nunca lo que se llama «identidad digital». Y vosotros se la estáis construyendo de la peor de las maneras. Porque no hay nada peor que dejar en manos de otros la construcción de tu identidad digital. Master fue de las primeras personas que conocí con las que podías hablar de Internet cuando aún íbamos con módems de 56Kb de los que hacían ruiditos cuando se conectaban y bloqueaban el teléfono de casa de tus padres que, por cierto, no entendían nada. Master estaba enterado de todo pero nunca dejaba rastro. Ni en la vieja época noventera de las BBS, los gophers y los newsgroups ni cuando comenzaron los blogs, los myspaces, los fotologs, las second lifes, los youtubes, los facebooks, los twitters y toda esta morralla de bits que nos rodea. Por cierto, ¿alguien se acuerda de Second Life? Los de Izquierda Unida llegaron a hacer mítines en Second Life. ¿O era el PSOE? Ya no me acuerdo. Pero qué más da. En el fondo no pasa nada porque todo esto pasará y todos estos bits organizados desaparecerán como desaparecieron los fotologs. Me pregunto en qué cementerio virtual acabará todo esto. Seguramente no existe otra vida para los bits. Seguramente desaparecerá todo tan rápido como fue creado. Como los humanos que lo crearon. Como el planeta entero. Mejor dicho, como el mundo entero.