Siguiendo con el orden cronólogico que utilicé en mi intervención, el siguiente en aparecer es Sam Raimi. O quizás mi amigo Arthur, no sé. La verdad es que ahora que veo la foto de Sam diría que los dos se parecen un poco.
Sam Raimi está aquí por una frase que presuntamente aparece en una película suya:
Yo sólo soy un simple peón ignorante en el triste juego de la vida.
Me imagino que esta frase aparece en su película The Evil Dead, de 1981. Una película que dirigió y escribió él. Pero la verdad es que yo aún no he visto esa película. Esta es una de sus secuencias (creo, todo comienza a ser muy confuso):
La historia es que esa frase me acompaña desde que tenía 18 años, más o menos. Siempre me ha parecido brillante. Me la aprendí de memoria y la utilizo de vez en cuando, como si fuese un refrán. Pero en realidad yo se la escuché por primera vez a mi amigo Arthur, de quien, me vais a perdonar, no voy a desvelar su verdadero nombre, entre otras razones, porque el que fue mi amigo Arthur, un tipo que dibujaba cómics y escuchaba música heavy, ahora es un respetable mosso d’esquadra, casado con otra mossa d’esquadra. Y yo no quiero problemas con la policía.
Una noche crucé con Arthur y sus amigos toda Barcelona para ir a casa de unos australianos que vivían en L’Hospitalet. Los australianos jugaban a rugby con Arthur y sus amigos. Era verano y, aprovechando que sus padres estarían de viaje, habían organizado una partida de no sé qué juego de rol. Arthur era muy aficionado al tema hasta el punto que pintaba figuritas de rol. Juraría que ha acabado diseñándolas. A mí no me interesaba nada el tema. Pero a parte de jugar, se bebía y se veían películas. Una de las pelis que vimos fue El ejército de las tinieblas (Evil Dead III: Army of darkness), de Sam Raimi. Arthur insistía en que la peli era buenísima. Yo no daba un duro a priori por el gusto fílmico de mi amigo Arthur. A ver si me entendéis, a mí me llamaban el Pianista, tocaba Bach y Mozart, me debatía en una tensión infinita entre la alta y la baja cultura. Pero tengo que decir que caí rendido a los pies de Sam Raimi: esa peli es un peliculón. Me encantó.
Esa noche el Arthur debió soltar la frase. Y yo he creído toda la vida que pertenecía a esa película. Pero hace poco busqué la peli, la volví a ver y descubrí que la frase no aparece en ningún momento de la peli. Así que supongo que será de la primera parte de la trilogía, o de la segunda. Pero como no estoy seguro, por si acaso, he metido al Arthur en todo esto.
Después de una frase tan bestia como la de Satie me pareció que esta otra del Arthur (pobre Sam Raimi) continuaba por la misma línea sin dar tregua y, con un cierto aire entre socrático y socarrón (muy Satie las dos cosas, por cierto), llenaría la sala de una serie de connotaciones barriobajeras y elevadas al mismo tiempo. Algo que me gusta bastante, lo confieso. Alta y baja cultura.