¡Por el amor de Dios! Qué ganas de volver a sentirse como un fan. Qué ganas de esperar un estreno con ansia. Qué ganas de seguir a alguien a quien has descubierto. Alguien que te sorprende, con el que te identificas, que vive en tu barrio. Alguien que conociste por un par de vídeos que viste en un blog, luego en una sala oscura, más tarde montando un pollo con charanga y partidillo de básket en una nave, en un festival, luego te enganchas de nuevo a su blog, que es donde empezó todo, porque te van dando la lista de ingredientes que luego cocinarán para ti. Alguien con una energía que sientes tan cercana. Alguien que te hace vibrar. Alguien inteligente pero sencillo. Alguien que no pretende demostrar que ha leído lo que hay que leer. Alguien que no pretende estar en línea con lo que se lleva ahora. Alguien que hace lo que le da la gana. Alguien que no es un nombre propio. Alguien que son mucha gente y gente diferente cada vez. Un grupo. Alguien que lo mezcla todo sin pudor. Alguien que te hace recuperar sensaciones que ya ni recordabas. No es sólo talento, es también una actitud. Es desparpajo. Es un ambiente. Y es contagioso.
El conde de Torrefiel me ha hecho recobrar la ilusión. No son los únicos haciendo cosas que me hacen vibrar. Hay unos cuantos. Pero tienen algo que escasea últimamente en los escenarios: son un grupo.
Es una gran noticia que no paren de crear. Es una gran noticia que la semana pasada el Antic Teatre estuviese lleno a rebosar durante cuatro días. Es una gran noticia que hubiese gente que no pudiese entrar (aunque sea una lástima). Es una gran noticia que haya un grupo de gente que desafíe a la macroeconomía y a la microeconomía al mismo tiempo y se curre estos montajes autoproduciéndose. No les salen las cuentas pero lo hacen igual. Si hubiese alguien listo dirigiendo los teatros debería ficharles antes de que emigren o se disuelvan. ¡La gente quiere verlos! ¡Y no caben!
Escena memorable: el viaje a Sevilla por Semana Santa quedará en nuestras memorias por mucho tiempo. Nos cruzamos con Joaquín Reyes justo en mitad de la Via Laietana cuando íbamos al estreno de Escenas para una conversación después del visionado de una película de Michael Haneke. Lástima que no le invitásemos a venir. ¿Qué hubiese podido suceder si se encontrasen esos dos mundos? Estuvo muy cerca.
Este viernes, nueva ocasión de verles en La Pedrera. Yo ya he comprado mi entrada porque soy fan.
Observen cómo el cansancio derrota al pensamiento from El Conde de Torrefiel on Vimeo.