Como decía Álvaro Pombo «tú-no-existes» el otro día en el programa de «citándome-a-mí-mismo» Sánchez-Dragó en Telemadrid : «Vamos a ver».
Llevo un tiempo dándole vueltas a temas con los que me doy de narices cada día y que se me mezclan y se me conectan como:
- el transmedia más allá de la multidisciplina
- lo que encierra la pregunta «¿y ahora qué vas a hacer con todo este material?» después de la exposición de «ese material»
- la dictadura de lo que «funciona» y lo que «no funciona», lo que está «bien escrito» y lo que no merece llamarse «pieza» u «obra»
- la sobrevaloración de los «acabados», del «trabajo» o el «virtuosismo» que hay detrás de una creación, sin los cuales una «idea» no es suficiente (¿suficiente para qué?) o no tiene tanto valor
- el miedo a publicar y compartir los presuntos fracasos, a que se vean las vergüenzas, primer paso para aprender de ellas y fracasar mejor (como decía Samuel Beckett) o para darse cuenta de que no deberían avergonzarnos porque hay a quien le sirven, le interesan, le gustan (tanto o más que los trabajos acabados) o para descubrir que todos somos humanos, que la obra de los «genios» está construída sobre sus «fracasos» y que no hay auténtica investigación sin «fracaso» continuo y un «éxito» esporádico
- la (¿falsa?) idea de cuidar los contextos como algo conveniente en contraposición con mezclar contextos sin ningún pudor (¿está tan claro que mezclarnos sea peor o podría ser que ayudase a acabar con ciertos apartheids undergrounds?)
- la preocupación por «conducir» al público, lo que Cage llamaba a lo bestia el «arte fascista», ese que pretende que todos vamos a sentir o experimentar en cada momento lo que el autor ha decidido por nosotros, sin tener en cuenta que nosotros cada uno somos de su padre y de su madre y que seguimos siendo libres para tener nuestros propios viajes y nuestros propios gustos personales contrapuestos entre sí
- la excesiva presión que se ejerce para que los creadores se vean obligados a justificarse teóricamente (Carlos Marquerie, en la charla que dio en el Teatro de los Manantiales, me hizo darme cuenta de que no son pocos los que piensan que esa presión realmente es excesiva)
- el conflicto que produce la discusión: que en vez de construir y enriquecernos juntos a partir de la diferencia, la curiosidad y el respeto, la discusión se convierta en una lucha destructiva siempre en constante competición de egos para ver quién es «el más», partiendo de la desconfianza
- el «problema» del exceso de información y la frecuencia de publicación (¿es un problema disponer de mucha electricidad?)
Ahí es ná.
Y ahora insisto (qué pesao) con uno de los personajes que me hace pensar en todo esto.
Vídeo del Ultrashow de Miguel Noguera en UCMCà“MIC [Jornadas de cómic de la Universidad Complutense de Madrid]
Primero lo presentan con grandes palabras ante un auditorio universitario en unas jornadas sobre cómic. Luego ejecuta un nuevo Ultrashow, esta vez ayudándose de unos dibujos suyos proyectados en una pantalla. Muchos de los dibujos que utiliza Miguel Noguera en su presentación los fue publicando antes en su blog entre el 14 y el 23 de febrero. Noguera siempre está abriendo la creación al público, no para de publicar ideas en su blog o en su twitter, las presenta en el programa de radio de Manel Fuentes, en sus Ultrashows en lugares dispares, desde el MACBA a la oficina de YP, el ZEMOS98, el salón de una casa o una sala de conferencias en la universidad, como en este caso.
Más información sobre la amistad, vídeo de Vengamonjas con Miguel Noguera
Más información sobre la amistad from Venga Monjas on Vimeo.