Texto de Esther Ferrer:
«En los años sesenta nadie se planteaba la cuestión de «qué» es la performance, porque no se utilizaba la palabra en el sentido que se emplea actualmente. Los que transitaban por el mundo de la acción eran pocos y generalmente estaban si no en la misma «onda», en una muy similar. No se sentía la necesidad de explicarla, ni de enseñarla, ni de estudiar sus características ni tampoco de establecer definiciones o clasificaciones. Se practicaba y eso era lo importante.
Con el paso del tiempo el «virus» se ha propagado y para bien (o para mal que hay opiniones para todos los gustos) ha infectado definitivamente el mundo del arte y como ocurre con casi todos los virus, ha «mutado». Todas estas mutaciones han llevado a más de uno a pensar que era necesario analizarlo (me refiero al virus en cuestión), que había que estudiarlo atentamente y determinar cuales de las múltiples mutaciones eran las buenas y cuales las malas. Los expertos se pusieron a estudiar la cosa y establecieron teorías, definiciones y conclusiones. Entre estas últimas una que consideraban, y que hoy también muchos consideran fundamental, es que el saber hay que transmitirlo a través de la enseñanza. Así, para bien o para mal una vez más, entró la performance en las escuelas de Bellas Artes y en las Universidades.
Frente a esta situación, son muchos los interrogantes que nos podemos plantear. Entre ellos, por ejemplo, si efectivamente hay una pedagogía específica de la performance, o si ésta debe y puede enseñarse. Si la respuesta es afirmativa, ¿cuáles son los riesgos que eso supone y cuáles son las ventajas si es que las hay?
También, al hablar de performance surge inmediatamente la cuestión del género. Performance es un término femenino singular, quizás por ello sean tantas las artistas que la practican, muchas de ellas feministas, aunque siempre haya excepciones. Con frecuencia se ha debatido sobre la incidencia del feminismo en el arte en general y en el mundo de la acción, en particular; no hay que olvidar que hay muchas mujeres pioneras en este terreno. Por ello, es interesante analizar el porqué, la incidencia del «feminismo» en el mundo de la acción, la radicalidad de ciertas propuestas pasadas y presentes y la vitalidad de este arte, debida quizás en parte a ellas. Dos temas a discutir en un debate abierto, como la performance que es la obra abierta por excelencia, nómada, multiforme e híbrida.»
A VUELTAS CON LA PERFORMANCE
Seminario coordinado por Esther Ferrer.
Del 8 al 19 de junio.
Fotografía: Concha Jerez.
Plazo de inscripción: hasta el 30 de mayo.
Organizado por Arteleku.
www.arteleku.net
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