Fiesta con unos amigos. Nos encontramos debajo de la Plaza de la Vila de Santa Coloma, frente al metro. Entre las chicas está Khalo pero va disfrazada de payaso, con una careta, y no se la reconoce. Al principio no me doy cuenta de que es ella. Parece como si la cara de Sara se hubiese transformado en la de Lia Vería y luego se hubiese puesto pintura blanca encima.
Estamos en el terrado de la casa de mis padres y Sensei me empuja al vacio. Me agarro a la cornisa con las manos y me quedo colgando. Pero me voy dejando caer agarrándome de los balcones y las ventanas hasta que, cuando ya estoy llegando al suelo, comienzo a flotar a 1 metro del suelo. Richarte está en la calle y me ve, sorprendido. Yo llevo mi abrigo Matrix. Comienzo a dominar mi vuelo. Me levanto un par de metros más del suelo con la ayuda del dedo índice de mi mano derecha, que apunta al cielo. Luego me coloco en horizontal, cierro el puño, que apunta hacia Singuerlín, y comienzo a avanzar a velocidad de crucero por encima del tráfico de la Avenida Pallaresa y sobrevuelo el Parque Europa.
La fiesta continúa pero ahora la anfitriona es Birkin, que se lamenta de no tener la pasta de bechamel con la que preparar croquetas. El señor Iron se ofrece a bajar a comprarlas. Khalo también está pero ahora al natural, sin disfraz ni maquillaje. Ríe, habla, se mueve y baila. Birkin me saca a bailar y me apetece para ver si Khalo se fija en mí. Al menos echar un bailecito.