Hace años que le doy vueltas al tema pero hoy he encontrado el nombre (provisional) para referirme a él, gracias al comentario que Eminonna ha publicado en YouTube sobre nuestro corto Lancaster. Gracias, Eminonna.
Durante toda mi vida me he ido encontrando con multitud de gente de todos los colores que ataca, con absoluta brutalidad, cualquier manifestación artística que se salga del academicismo o de los cánones promulgados por la gente de bien (este es un término que alguna vez le he visto utilizar a Enrique Vila-Matas y que define perfectamente a este tipo de gente y ahorra muchas explicaciones sobre quiénes son y cómo se comportan).
Hay muchas maneras posibles de posicionarse respecto a un objeto artístico del tipo que sea. La posición que adopta esta gente de bien, vengan de donde vengan, es algo tan característico y reconocible que, al menos a mí, me sirve para diferenciar entre dos tipos de público o artistas (me da igual) absolutamente opuestos y enfrentados. Debido a mi paso por el Conservatorio, suelo referirme a ese tipo de artistas o público (en un inicio lo aplicaba sólo al contexto musical) como los clasicorros (y que conste que eso no supone ningún juicio de valor, es sólo una etiqueta para entendernos: a mí hay clasicorros que me encantan). Pero ahora, gracias al comentario de Eminonna ya tengo un nombre para referirme a la eterna lucha entre los dos bandos enfrentados en el mundo del arte: las dos españas. Sé que es un término muy localista pero, bueno, al menos mientras lo utilice en España todo el mundo lo va a entender.
Os propongo un juego. Se trata de ir a la página de YouTube donde está colgado Lancaster y leer los 7 primeros comentarios publicados a día de hoy (el último de los 7 es el de Eminonna). Como para escribir un comentario es necesario estar registrado en YouTube, cuando alguien deja un comentario el visitante de la página puede clicar en el nombre y trasladarse a la página del autor del comentario. Así podemos ver los vídeos que ha publicado ese usuario, sus favoritos y su perfil y, de esa manera, hacernos una idea del trabajo de ese autor y de sus gustos. Es decir, quien deja un comentario queda retratado.
El juego consiste en escoger, como mínimo, un comentario a favor y otro en contra. En los 7 primeros comentarios no hay término medio: o el comentario es a favor o destructivamente contrario y, en el segundo caso, con abundancia de insultos. Una vez escogido el comentario id a la página del autor del comentario para conocerlo mejor. Y si habéis llegado hasta ahí, si os apetece, sacad vuestras propias conclusiones. Yo he sacado las mías, por supuesto, por eso escribo este post.
Recomiendo en especial la visión de este vídeo que Eminonna tiene entre sus favoritos (en el momento de escribir este post lo he encontrado en la portada de su página de YouTube).